Humana reclama que la ropa usada clasificada se considere un producto y no un residuo

06-10-2025

La ropa usada clasificada debe considerarse un producto y no un residuo textil. Es la principal reclamación de Humana, al tiempo que defiende que el comercio de ropa usada debe regularse mediante marcos normativos adecuados y no, como en la actualidad, en el marco del Convenio de Basilea.


La Comisión Europea ha propuesto que los movimientos transfronterizos de residuos textiles se aborden en el marco del Convenio de Basilea. Las discusiones que se llevan a cabo actualmente incluyen su posible reclasificación como residuos nocivos o problemáticos. Tal cambio sometería los envíos de residuos textiles a los procedimientos de consentimiento fundamentado previo (PIC, en sus siglas en inglés), lo que impondría importantes barreras al comercio.


Humana, con casi cuatro décadas de experiencia en la recogida, clasificación, comercio y venta al por menor de textiles postconsumo, advierte de que este enfoque corre el riesgo de socavar la transición global hacia sistemas textiles sostenibles y circulares.


La cadena de valor de los textiles postconsumo está altamente globalizada. Una gran parte de la capacidad de clasificación y reciclaje, así como los mercados de ropa de segunda mano, se encuentran en países con ingresos medios y bajos. La recuperación de los textiles desechados no puede llevarse a cabo a gran escala sin ellos, incluso si la reutilización y el reciclaje crecen en el Norte Global, como debería ser.


Preocupaciones exageradas

Las preocupaciones de que esta actividad causa daños medioambientales en el Sur Global suelen ser exageradas y se basan en datos poco claros o incompletos. Por un lado, los hechos demuestran que la ropa que se considera reutilizable tras su clasificación es, de hecho, de buena calidad, y solo una pequeña parte queda sin vender en los mercados receptores, lo que contradice la afirmación de que grandes cantidades no son aptas para la reventa.


Por otro lado, imponer controles más estrictos a los envíos de textiles postconsumo no resolverá la falta de infraestructura de gestión de residuos en los países receptores. Además de perfeccionar y hacer cumplir la normativa existente, el verdadero motor para actuar contra la contaminación (procedente en su mayor parte de los residuos de envases, mientras que los textiles desempeñan un papel insignificante) es el desarrollo de la capacidad de gestión de residuos.


Más allá de la falta de conocimiento sobre la realidad de la cadena de valor de los textiles postconsumo, el debate sobre los envíos de residuos textiles se ve aún más sesgado por la falta de definiciones armonizadas y detalladas de qué es residuo textil.


En este sentido, Humana recomienda:

  • Que la ropa usada clasificada se considere un producto, no un residuo textil. El comercio de ropa usada debe regularse mediante marcos normativos adecuados. El Convenio de Basilea, relativo a los residuos, no lo es.
     
  • No definir los residuos textiles como peligrosos. La aplicación de los procedimientos PIC a los residuos textiles plantearía importantes retos para la exportación de textiles postconsumo sin clasificar y textiles destinados al reciclaje, debido principalmente a las cargas administrativas y los costes añadidos. Esto perturbaría los modelos de negocio establecidos y obligaría al cierre de empresas formales e informales en el Sur Global. El debilitamiento de la cadena de valor podría dar lugar a un aumento de los niveles de incineración o eliminación de residuos textiles en el Norte Global. Con el retroceso de la reutilización, la moda rápida tomaría el relevo, intensificando el daño medioambiental y socavando la estrategia de la Unión Europea (UE) para una industria textil sostenible y circular.

 

En cambio, lo que se necesita para prevenir la contaminación y fomentar una economía textil circular segura y dinámica es lo siguiente:

  • Criterios claros para distinguir entre residuos y textiles reutilizables. Establecer definiciones armonizadas que distingan los textiles reutilizables de los residuos, basándose en el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente para distinguir entre textiles reutilizables y residuos y el funcionamiento de los criterios de fin de la condición de residuo de la UE.
     
  • Reforma de los códigos. Ampliar el alcance del código B3030 de Basilea para alinearlo con las prácticas del sector y promover la claridad en las aduanas; ampliar el código HS 6309.00 en subcódigos que reflejen la reutilización, el reciclaje y los flujos de residuos.
     
  • Requisitos de ecodiseño. Exigir la durabilidad, la reparabilidad y la reciclabilidad de los nuevos textiles, abordando cuestiones de diseño y promoviendo la circularidad en origen.
     
  • Apoyo a la infraestructura de gestión de residuos. Ayudar a los países del Sur Global a desarrollar sistemas de gestión de residuos mediante la colaboración internacional, reconociendo que los textiles representan solo una pequeña parte de sus flujos de residuos totales.

 

En este enlace puedes leer nuestro documento de posicionamiento sobre esta cuestión.

 

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