Por un verdadero desarrollo sostenible y global

20-05-2014

La implementación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio ODM ha supuesto hasta el momento el mayor esfuerzo de la historia en cuanto a coordinación e impulso del desarrollo a nivel global. Dado que los objetivos y metas se fijaron por primera vez en 2000, los gobiernos, las ONG y los responsables políticos han intentado durante estos 14 años de concentrarse y aunar esfuerzos para reducir la desigualdad y promover el progreso de parte de las personas más vulnerables del Planeta.

Poco a poco se han ido haciendo progresos, considerados por algunos expertos como los más rápidos en el ámbito de reducción de la pobreza. El número de personas que vive con menos de 1,25 dólares al día se ha reducido a la mitad desde 1990, el porcentaje de niños escolarizados en primaria se ha situado en un 90 % a nivel global y la paridad de género se ha logrado en la asistencia a la escuela primaria. Más de 2.000 millones de personas han logrado el acceso a agua potable en las últimas dos décadas y la mortalidad materna se ha reducido en un 47%.

Si bien estas cifras son alentadoras, las diferencias regionales son muy variadas y muchos objetivos están lejos de cumplirse. Dado que la fecha límite de 2015 se acerca rápidamente, los esfuerzos se concentran en los objetivos que aún no se han alcanzado. Además, el diálogo global sobre la agenda de desarrollo post 2015 está en plena efervescencia.

Sostenibilidad a largo plazo
El desarrollo internacional debe ser sostenible a largo plazo, en todos los sentidos. Las comunidades deben estar preparadas para proseguir con su desarrollo una vez que los proyectos han terminado con el fin de garantizar la seguridad alimentaria y la estabilidad social. Además, los países en desarrollo tienen que evitar seguir el modelo de las economías basadas en combustibles fósiles, si queremos tener alguna esperanza de mitigar los efectos del cambio climático.

Los proyectos de Humana se basan en torno a estos principios. Dentro de ellos, una de las iniciativas más exitosas para ayudar a las personas a salir de la pobreza extrema de manera sostenible son los denominados Farmers’ Clubs.

El 70% de las personas en riesgo de inseguridad alimentaria vive en zonas rurales de África, Asia, América Latina y Oriente Próximo. A pesar de que la agricultura familiar rural es esencial para el desarrollo sostenible y el medio ambiente, muchas personas no tienen acceso a los recursos naturales, conocimientos o tecnologías que podrían sacarlos de la pobreza a través de la agricultura. El desarrollo agrícola es al menos el doble de eficaz que cualquier otra forma de cooperación, lo que da una idea de su importancia. 

Esta es una de las razones por las que la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO) designó 2014 como Año Internacional de la Agricultura Familiar. La meta es potenciar en todo el mundo la agricultura a pequeña escala.

En línea con esta misión, a lo largo de tres años, pequeños grupos de agricultores involucrados en los proyectos de Humana reciben capacitación sobre técnicas de agricultura de conservación y cultivos orgánicos; se les proporciona, además, formación sobre comercialización de los excedentes en el mercado local y principios básicos sobre economía familiar. Buena parte de los agricultores logran durante el programa duplicar sus cultivos, lo que a menudo se acompaña de un aumento de los ingresos mediante la venta de excedentes.

Desarrollo agrícola en China
En la provincia de Yunnan, en China, el impacto positivo del Farmers’ Club se puede ver claramente en el proyecto, cofinanciado por la UE, del condado de Yuanyang. Durante tres años se han puesto en marcha un total de 50 clubes, a través de los que se han plantado más 160 hectáreas de cultivos sostenibles de arroz y maíz, se ha puesto en marcha una cooperativa de cardamomo que permite lograr ingresos para la comunidad, se han entregado 256 lechones a diversas familias y cerca de 200 niños y niñas han comenzado preescolar, cuando antes no tenían posibilidad alguna de estar escolarizados a los tres años. Dado que el proyecto terminó oficialmente a finales del año pasado, el gobierno local se ha comprometido a seguir apoyando a los clubes de agricultores y a la educación preescolar a la luz de los efectos positivos para la comunidad logrados.

Los métodos que siguen los Farmers’ Clubs son sencillos, holísticos e inclusivos, con efectos a medio y largo plazo. Gracias al aumento y diversificación de los cultivos se consigue mejorar la nutrición; la posibilidad de incrementar los ingresos proporciona a los niños la oportunidad de ir a la escuela; y la mejora de la gestión del agua no sólo ayuda a mantener la seguridad alimentaria, sino que también aumenta los niveles de salud e higiene.

Iniciativas como los clubes de agricultores están obteniendo resultados tangibles y duraderos. A menudo, las técnicas más eficaces son las más amables con el Planeta, siendo además más simples, baratas y más fáciles de mantener. 

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