Las mujeres rurales son poderosas agentes de cambio y desarrollo

15-10-2025

En las comunidades rurales, las mujeres impulsan el cambio a diario, a menudo de forma silenciosa, pero con un impacto poderoso. Su dedicación sostiene a las familias y fortalece las comunidades. Las mujeres rurales merecen reconocimiento y celebración no solo por su arduo trabajo, sino también por la esperanza, la resiliencia y el progreso que aportan.


El mundo conmemora el Día Internacional de las Mujeres Rurales (15 de octubre) y el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza (17 de octubre) en un contexto con retos enormes provocados por el impacto cada vez más profundo del cambio climático, los cambios en la financiación internacional y la creciente presión para alimentar a una población mundial en expansión.

 

Según el informe de ONU Mujeres 2025, “la pobreza extrema femenina se ha mantenido en torno al 10 % desde 2020. Si las tendencias actuales persisten, más de 351 millones de mujeres y niñas podrían seguir viviendo en la pobreza extrema en 2030. Sin embargo, acelerar la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) podría reducir la pobreza extrema femenina a nivel mundial del 9,2 % en 2025 a solo el 2,7% en 2050”.

 

Las mujeres rurales son la columna vertebral del sistema alimentario mundial, ya que actúan como guardianas de la tierra y desempeñan un papel fundamental en el sustento de las familias y las economías locales. Sin embargo, a menudo tienen un acceso limitado a la tierra, los recursos y el poder de decisión. A pesar de estas desigualdades, siguen liderando el cambio, demostrando un compromiso y una resiliencia extraordinarios ante la adversidad.

 

Poderosas agentes de cambio

 

Cuando se apoya e incluye a las mujeres rurales, las comunidades prosperan y el progreso se hace posible, no solo desde el punto de vista moral, sino también de forma sostenible. Cuando las mujeres tienen acceso a herramientas, formación y recursos, se convierten en poderosas agentes de cambio que fortalecen a sus familias, transforman sus comunidades y construyen sociedades más resilientes.

 

La Federación Humana People to People, a la que pertenecemos, reconoce que la equidad de género y la inclusión son fundamentales para reducir la pobreza y promover el desarrollo sostenible. En todos los programas, el empoderamiento de las mujeres, especialmente en la agricultura, sigue siendo una prioridad. Nuestro enfoque comienza y termina con las personas: al conectar a las personas directamente, el contacto entre ellas convierte el desarrollo en un viaje colectivo, liderado por las propias personas.

 

Las mujeres rurales en Zimbabue

 

En Zimbabue, al igual que en muchos países, las mujeres rurales se enfrentan a los retos combinados de la pobreza, el cambio climático y el acceso limitado a las oportunidades. Durante más de 44 años, Development Aid from People to People (DAPP) Zimbabue, miembro de Humana People to People, ha complementado los esfuerzos del Gobierno apoyando a las personas y las comunidades para que impulsen su propio desarrollo. A través de la participación inclusiva, DAPP Zimbabue sigue logrando avances duraderos y significativos en las comunidades rurales.

 

Un ejemplo es el proyecto Farmers' Clubs Chivi en el distrito de Masvingo, una región semiárida propensa a la sequía. El proyecto apoya a 1500 pequeños agricultores, organizados en clubes de 50 miembros cada uno, para crear medios de vida resistentes al clima y ecosistemas sostenibles. A través de la agricultura de conservación y la gestión medioambiental, los agricultores mejoran sus ingresos, la seguridad alimentaria y la seguridad nutricional, al tiempo que reducen la degradación de la tierra y la pérdida de biodiversidad.

 

Mejorar los medios de vida

 

En todo el mundo, el enfoque de los clubes de agricultores fortalece las comunidades rurales y mejorando los medios de vida. Basados en una estructura sólida y escalable, los clubes integran la producción de alimentos, la educación financiera, el aprendizaje colectivo y la igualdad de género en un modelo dinámico que realmente funciona.

 

En 2025, los clubes de agricultores estaban activos en 12 países de África, Asia y América Latina, y ayudaban a más de 152 000 pequeños agricultores a adoptar prácticas agrícolas sostenibles. Lo que hace que este modelo sea excepcional es su compromiso de situar a las mujeres rurales en el centro del cambio, fortaleciendo sus voces, ampliando sus oportunidades económicas y sus funciones de liderazgo.

 

 

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